El Vicepresidente de Producción de Programas de
Variedades de Venevisión, se
fue dejando un legado imborrable de talento, excelencia y creatividad al
servicio de la producción de grandes espectáculos musicales que marcaron pauta
en la televisión venezolana y traspasaron las fronteras. Nacido en Cuba, pero venezolano de corazón, Riviera es y será referencia
obligada en Latinoamérica, cuando se hable de los más completos profesionales
en la producción de eventos y musicales.
Al
lado de Gilberto Correa comenzó su
brillo como productor
En 1969,
Venevisión lo requiere como productor y coreógrafo del
programa “De Fiesta Con Venevisión”,
el espacio que se convirtió en uno de los programas más exitosos de la
pantalla chica y que, según sus propias palabras, “me brindó
un sin fin de satisfacciones que me hicieron residenciarme
definitivamente en Venezuela y seguir adelante con nuevos proyectos en el Canal”.
Desde entonces, todas las producciones musicales de Venevisión estarían bajo su supervisión
y producción general. En 1986 es designado Gerente de Producción de Venevisión,
asumiendo el reto de desarrollar planes de toda el área creativa
que exige un canal de televisión. Iniciándose en estas funciones con 100
personas a su cargo. Era otra época, se vivía la era dorada y de bonanza en
nuestra TV y él supo sacarle provecho y majestuosidad a esa inolvidable etapa
que quienes tuvimos la oportunidad de vivirla, la disfrutamos y añoramos
infinitamente.
Con
el triunfo de La Sayalero comienza
su labor en Miss Venezuela
Sus comienzos como productor de concursos de
belleza, fueron gracias al llamado de Enrique
Cuzcó, Gerente General de Venevisión,
en 1980, quien le solicita crear un
bonito espectáculo para la llegada de nuestra primera Miss Universo, Maritza Sayalero, a
lo que él respondió –“sólo por este año” - pero tal fue su pasión
por ese evento y el éxito obtenido, que terminó dedicándose, en cuerpo y
alma, a la producción de la noche
más linda del país.
Mensajes
navideños inolvidables desde 1975
La producción y realización de los mensajes
navideños más emblemáticos en la historia de Venevisión, también llevaron su sello. Con la crisis que vive
nuestro país, tanto los musicales y programas especiales fueron desapareciendo
y las cuñas navideñas ya no podían tener esos impactantes exteriores que
mostraban nuestra hermosa geografía, pero a pesar de eso, los siguió realizando
de la manera más digna posible. Mención aparte merece lo
que él mismo denominó como su mejor momento profesional, la producción del acto
de inauguración y clausura de los Juegos
Panamericanos 1983, en el que tuvo la oportunidad de trabajar con
doce mil personas en escena. Allí puso a brillar a Mirla Castellanos, su gran
diva y al grupo Unicornio.
¿Y
ahora quién?
En el mundo de las bambalinas y el espectáculo, hay
una frase muy cruda, pero que encierra una gran realidad: “El show debe continuar” y a pesar del dolor de todos sus
compañeros de trabajo, que tuvieron la oportunidad de conocerlo y de un pueblo
que le reconoce su legado, la ausencia física del llamado “Cubanito de oro” debe ser llenada
con otro profesional de la producción, que guíe los destinos de Miss Venezuela
y de las cuñas navideñas del canal, así como de nuevos programas y
responsabilidades que Rivera poseía. Apostando a la reactivación de la
industria y siempre tratando de sumar y no restar, pero siendo realistas a una
difícil situación que trae su fallecimiento, nombres como los de Wladimir Pérez, Hugo Carregal, Ricardo Di
Salvatore y Hugo Devana, pueden asumir el difícil reto e iniciando así,
una nueva etapa en nuestra TV. El legado de Joaquín Riviera está allí. No es
cuestión de imitarlo o de superarlo.
Más digno, sano y beneficioso será recordarlo y
valorarlo siempre. Gracias a Dios en Venezuela tenemos profesionales de gran
nivel y trayectoria como los antes mencionados, que pueden asumir el reto y
hacer nunca lo mismo, porque nadie es igual a nadie, y él fue y será único en
su estilo, pero si algo que marque un antes y un después en la historia. Las comparaciones vendrán, es algo inevitable,
pero mientras quien sea “el elegido”, no se sienta y haga entendernos que no es
su sucesor, el país y Latinoamérica entera, sabrá agradecerle con creces, su gallarda
y nada fácil tarea con un sonoro aplauso. Ese mismo que desde esta columna, le
enviamos a Joaquín Riviera por todo que
nos regaló en vida. ¡Descansa en paz!
Cortesía | Diego Kapeky /@DiegoKapeky - “Muerde Aquí”
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